Vida, obra y contrastes de un Escritor Nacional
Luis Orrego Luco

 

Luis Orrego Luco - Foto aportada por el autor del presente artículo

 

Novelista, cuentista y ensayista chileno, su obra es adscrita a la corriente literaria denominada como “Criollismo” de principios del 1900, donde “(…) se manifiesta una inquietud respecto al retorno a lo nativo, visión ceñida hacia lo chileno, reajuste de valores, exaltación de lo ensayístico (…)” (Ricardo Latchamp, 1956) que tendrá su materialización a partir de 1910, a través de un movimiento generacional denominado “grupo centenario” y posteriormente, avanzado el siglo XX la “generación del 20”.

Respecto a ello, consta en el libro “Historia de la Literatura Chilena” en su 10ª edición de 1977: “(...) Luis Orrego Luco pertenece, como hemos señalado, a la generación integrada por escritores nacidos entre de 1860 y 1874, cuya vigencia se extiende entre 1905 y 1919. Se le conoce más comúnmente con el nombre de generación del 900 (...)”.

De: Montes, Hugo; Orlandi, Julio; En: “Historia de la Literatura Chilena”; Editorial Zig-Zag; Mayo de 1977 (10ª edición).

No es un error afirmar, que las obras escritas entre la década del 1900 al 1910, pese a su postura complementaria, discrepante y muy a manudo crítica respecto a obras antecesoras, hechas entre 1829 a 1865, de la mano de autores tales como: Lastarria, Sarmiento, Andrés Bello y Blest Gana; puede vislumbrarse un interés, que actúa como un “hilo conductor” en sus temáticas, nexo que estará referido al estudio de la conformación de nuestra identidad nacional, sus proyecciones en la cotidianeidad y el tiempo.

Luis Orrego Luco, nace el 18 de mayo de 1866 en el seno de una familia acomodada de tradición Liberal, ligada profesionalmente al ámbito jurídico y académico, que quedará expresado en su oficio de abogado – egresado de la Universidad de Chile -, funcionario público, en su postura política inicialmente liberal y por su puesto, en su labor escrita.

Así lo refleja, su participación como periodista y colaborador de las publicaciones “Libertad Electoral”, “La Mañana”, “La Época”, “El Ferrocarril”, “La Nación” de Buenos Aires y “El Mercurio” de Santiago, además de ser el fundador de la revista “La Selecta” e impulsor de otras publicaciones.

La primera obra de este autor, será un premonitorio ensayo titulado: “El Gobierno Local y la Descentralización” de 1890, trabajo donde podemos inferir las limitaciones del sistema presidencialista de la época, el cual será depuesto violentamente, por el enfrentamiento civil de 1891.

Luis Orrego, participará activamente en esa confrontación, como soldado voluntario en el campo de batalla, defendiendo la causa antibalmacedista, siendo herido en el conflicto.

Su experiencia en la guerra civil de 1891, quedará retratado en el cuento “Sensaciones de Batalla” de la colección “Páginas Americanas” de 1892.

En 1896, se casó con una hija de Don Benjamín Vicuña Mackenna (María Vicuña Subrecaseaux). Ese mismo año publica la novela “Pandereta”, siguiendo en 1900 con la obra “Un Idilio Nuevo”, para posteriormente retomar la disciplina del ensayo en 1904, en un trabajo titulado “Chile Contemporáneo”, que junto a “Raza Chilena” de Nicolás Palacios, serán los estudios más penetrantes de esa fase de la sociedad chilena.

Anotaba Jaime Concha en 1973 sobre este autor: “(…) Orrego Luco se sumará a la orientación mayoritaria de la literatura de esos años, en el sentido de reforzar e intensificar ideológicamente el camino ascendente de las capas medias nacionales (…)”

Un año después, en 1905 publica la novela “1810. Memorias de un Voluntario de la Patria Vieja”, y en un ámbito más contemporáneo en 1908 “Casa Grande”, sus dos obras más notables en este ámbito.

Sobre las “Memorias de un Voluntario de la Patria Vieja”, destacó Mauricio Amster, en una presentación hecha a principios de Septiembre de 1971: “(…) es la animada reconstrucción novelística de un período de extraordinario interés en el desarrollo de nuestro proceso histórico (…) ilustran el estado social de Chile en los años que antecedieron a la formación de la Primera Junta de Gobierno y presenta los personajes que participaron de manera más activa en la gestación del acontecimiento”.

Por su parte, expresan los estudiosos Hugo Montes y Julio Orlandi: “(...) Las novelas de este escritor, plenas de vida humana a la vez que documentos históricos auténticos, procuran constituir una visión cíclica de la sociedad chilena a partir de la revolución del 91 (...)”

Respecto al libro “Casa Grande”, anotó en 1985 Rodrigo Nulf: “Cuando su novela “Casa Grande”, sale a la luz en 1908, se produjo un escándalo entre la “gente linda” y su autor, fue rotundamente combatido, condenado al aislamiento, se le negó el saludo en la calle y la prensa lo fustigó sin piedad (…)”.

No está demás recordar, que la misma suerte le significó al entonces joven escritor Joaquín Edwards Bello, con la publicación de su novela “El Inútil”

“Casa Grande”, fue para el escritor y crítico literario Alone: “(…) un friso de personajes aristocráticos, un vistazo a lo panorámico, a los valores de la época” y para el Arzobispo de Santiago Crescente Errázuriz, como: “(…) el redactor de la historia íntima del hogar chileno”.

Ricardo Latcham exaltó en 1956 otro aspecto de esta obra: “(…) el sexo apareció en “Cuentos de Alcoba” de Angel Custodio Espejo, en “Juana Lucero”, de Augusto D`Halmar – primer premio nacional de literatura - , y en “Casa Grande”, de Luis Orrego Luco, más inclinado a lo psicológico y algo saturado de d`Anunzianismo (…)” al que sumará una expresión estremecida de contenido social, con una técnica desnuda de retórica, donde logró penetrar y retratar en profundidad, mediante a sus diálogos a la clase alta con sus virtudes y defectos, expresados en su crítica a los vicios gestados en el sistema parlamentarista.

Ya en 1912, su producción literaria quedará expresada en “La Familia”, “A través de la Tempestad” de 1914 y una selección de cuentos titulado “La Vida que Pasa” de 1918.

En esa época, ya ejerce la cátedra, para continuar su labor en el Servicio Diplomático Plenipotenciario en España, Uruguay, Paraguay, Brasil y Colombia.

Obtiene un puesto en el parlamento (diputado), para más tarde administrar los cargos de intendente y Ministro de Justicia e Instrucción Pública.

En 1929, publica la novela “El Tronco Herido”, pasando un largo período dedicado al estudio de los problemas de fronteras y límites, relacionados con los tratados bilaterales entre Chile y sus vecinos del Norte.

En los años treinta Orrego Luco, adhiere a la causa nacista – el nacismo chileno de Von Mareés - y milita en ese partido, quedando constancia de ello, en una sorprendente nota dirigida por el escritor Joaquín Edwards Bello a Juan Antonio Salinas en noviembre de 1936, cuando este último era el un joven periodista de 20 años, director del diario nacista “Trabajo”, apropósito del capítulo titulado: “Milicia Republicana, Nacismo y Aprismo” del libro “Nacionalismo Continental” de ese mismo año. Escrito publicado junto a otras cartas a fines de los años ochenta, en el ensayo de nombre “La Nueva Emancipación” de los autores Enrique Zorrilla y Juan Antonio Salinas, cartas inéditas, de las cuales extraemos las siguientes líneas:

“(…) Durante el almuerzo, hace poco, un escritor nacista, Luis Orrego Luco, me decía emocionado cómo el señor González Von Mareés renunció a un grato porvenir y puso su fortuna entera al servicio de la causa. Conozco a muchos escritores nacistas y creo que todos debiéramos serlo si ansiamos sentir hincharse velámenes – hoy plegados -, por un viento de honor y victoria (…)”.

(Carta de Joaquín Edwards Bello a Juan Antonio Salinas; noviembre 3 de 1936)

En 1947, su pluma da vida a la obra “Playa Negra”, sin embargo ella no logra la misma repercusión que sus predecesoras, debido seguramente a que ya en ese tiempo, constatamos la irrupción de la tercera “horneada” de la literatura criollista, encabezada por la “generación del año 38”.

Luis Orrego Luco fallece el 3 de diciembre de 1948 a la edad de 82 años.

Mauricio Amster, en su oportunidad destacó en 1971:“(…) La obra de Orrego Luco, es una de las principales contribuciones a la auténtica fundación de la novela chilena, iniciada a mediados del siglo XIX por Blest Gana (…)”.
 

 

Juan Bragassi Hurtado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Última modificación: 03 Enero 2006